Procuramos preparar todo lo mejor posible. Fue un acto más de un aniversario a pie cambiado, pero asumido por todos como excusa, para recordarte, y para hablar de tí.
Un intento de añadir conocimiento y valor a tu obra y a tu trayectoria vital. Fue trabajo de una decena de personas, en modo interdisciplinar, con el ánimo de redescubrir el Casco de Vallehermoso a partir de las huellas familiares, literarias, de amistad y de compromiso que fuimos capaces de interpretar.
Esperamos te haya gustado. En “Un paseo con Pausas”, cuando no
conocimiento, volcamos agradecimiento o pasión.
El recorrido duró unas dos horas, empezamos en tu casa natal en El Palmar con voz dulce y próxima de Patricia, tu sobrina nieta; y de Fernando Menis que hace unos diez años desplegó imaginación en un proyecto de rehabilitación de esa vivienda, que todavía hoy es ruina.
Miguel Angel, en la Calle Mayor, trató de tu amistad con la familia Ascanio
Moreno y nos leyó un poema inédito que escribiste en Valle Gran Rey creo que en 1976.
Juan Manuel, al pie del edificio de la Federación Obrera de Vallehermoso
descubrió claves de un Pedro García Cabrera militante y más sufrido. El audio donde hablabas del “Campo de concentración de La Isleta” fue rotundo.
De la amistad y de la complicidad poética con Bohemia Pulido Salazar habló
Pablo en las cercanías de donde ella vivió y trabajó.
Finalmente, en la casa de cultura que lleva tu nombre, Pili, al igual que lo hace con sus alumnos de Bachillerato, nos ayudó a comprender bastante mejor el significado de diferentes elementos del paisaje en tu poemario.
Como a las diez de la noche empezó el magnífico espectáculo de música y verso con el que Yeray Rodríguez despidió un día que recordaremos durante bastante tiempo, y haciéndolo, pues también estarás tú en nuestra memoria, que ya es colectiva.