«El portaaviones Canarias» por Carlos Jesús Pérez Simancas

El ‘USS Abraham Lincoln’, de la armada estadounidense, es una ciudad de 5.000 habitantes que necesita estar continuamente avituallado para que funcione. 

Y es que la Armada de Estados Unidos, con ese sentido del espectáculo tan propio del país, resume la vida a bordo en unas cuantas cifras: se consumen cada día 13.000 refrescos, 2.200 litros de leche, 180 docenas de huevos y 280 kilos de hamburguesas. La lavandería hace una colada diaria de dos toneladas y media y la única barbería corta el pelo a 250 personas por jornada. Necesita una cantidad ingente de combustible e insumos para poder realizar su labor.

Esta sería la perfecta metáfora de lo que han hecho con Canarias. Somos un portaaviones, de siete pistas, que necesita ser avituallado desde el exterior, porque aquí, se dejó un buen día de producir. Políticas cortoplacistas nos han llevado a este desfiladero. Sin cultivos, sin industria, sin ser más nada que una gran discoteca en medio del mar. Nos hemos quedado en la nada.

Desde los 80, se venía diciendo que este modelo de turismo era una ruleta rusa. Y con el Covid-19, se ha demostrado que había una bala en el revolver del turismo, y que se ha detonado en nuestra sien.  Y, ¿Ahora qué? No hay industrias, ni tierras, ni pesca. Ya no nos queda ni Venezuela. Vivimos un momento terrible traídos aquí por políticos miopes, que con un timple en la mano, manta esperancera en los hombros y cartera agradecida, vendieron a Canarias al mejor postor. Y, ahora, se miran con cara de: ¡Yo no fui! Pues en estos instantes, gracias a políticos que le reían las gracias a los hoteleros debemos permanecer a la deriva esperando remolcador y que nos suministren desde el exterior.  Pero es nuestra culpa por dar votos por bocadillos de mortadela, cuando pudimos fabricar nuestro propio embutido. 
Gracias por leerme.