Cómo ya advertimos desde hace muchos meses, la rehabilitación de la escuela vieja de Juan Rejón, no tendrá como destino final alojar el tan ansiado centro de interpretación y muestra del Lagarto Gigante de la Gomera.
Ni las propuestas de los vecinos ni el ayuntamiento, ni las denuncias de LaGomeraSeMueve han dado fruto alguno y finalmente tendremos una nueva obra pufa impuesta desde fuera.
Dice la nota de prensa que “el proyecto ha sido redactado después de escuchar las opiniones de los vecinos y el ayuntamiento”. Esto, sin dejar de ser cierto, supone un insulto a la voluntad popular. Los vecinos y el ayuntamiento querían evitar que Juan Rejón fuera otra “cochinera”, “quesería” o “centro de artesanía” sin uso. Querían una instalación que pusiera en valor el barrio y que explotara de una vez por todas el Lagarto Gigante como atractivo turístico (igual que se hace en el Hierro). Lo que no se conoce no se puede proteger y la inmensa mayoría de los habitantes del municipio y de la isla, sólo lo han visto en fotos cuando se van a cumplir casi dos décadas de su descubrimiento. En lugar de eso, nos quieren engañar con un “punto de información”, suponemos que para poder mantener el museo de almogrotes, patés y mojos que pretende el “amigo Ramiro Cuende”: “museo de patés de allende los mares” como así se cita textualmente y de manera tan barroca en el proyecto.
Los representantes del Cabildo y el arquitecto vinieron a Valle Gran Rey, escucharon a los vecinos y al ayuntamiento y después hicieron el proyecto ignorando la voluntad popular al más puro “estilo cacique” que ya se aplicó en la tajea del Barranco, la embotelladora de Taguluche o más recientemente en el mirador de la peineta o la peatonalización de Vueltas.
Al Cabildo no le interesa lo que quieran los vecinos (¿qué sabrán ellos lo que necesitan?) ni lo que diga el Ayuntamiento (El empleado-presidente no se habla con los alcaldes de su partido, como para escuchar a los partidos ajenos). Al empleado-presidente sólo le interesa hacer obras, da igual si son útiles o no, da igual tirar millones de euros de fondos públicos en infraestructuras inútiles, da igual destrozar el paisaje de la isla a base de “mamotretos” sin sentido. Sólo importa gastar… ¿por qué será?
Al final tendremos otra cacicada y otra obra pufa.
Prensa La Gomera Se Mueve